Esta cruda realidad no hay quien la cocine
De repente las cosas se me solucionan. El banco me otorga una nueva prórroga y no hace sangre con un interés desorbitante, justo en el momento que me llaman con una oferta de trabajo irresistible. Parece que es cierto que te aprietan pero no ahogan; al final he visto la luz del túnel… así es