La «rojita» se quedó en blanco
No habrá drama «de estado» (más en el estado que éste está…) como en las latitudes del sur pero, la eliminación de la selección española de las olimpíadas y a las primera de cambio, sí que son una gran sorpresa y decepción.
España no estuvo bien. Tiene jugadores para hacerlo mucho mejor (y lo han demostrado en otras ocasiones); no era inferior a los equipos con los que se enfrentó (eso amplia la sorpresa y la decepción) pero tampoco tuvo la suerte que a veces, marca un resultado distinto.
España no estuvo bien. Tiene jugadores para hacerlo mucho mejor (y lo han demostrado en otras ocasiones); no era inferior a los equipos con los que se enfrentó (eso amplia la sorpresa y la decepción) pero tampoco tuvo la suerte que a veces, marca un resultado distinto.
En ocasiones, la distancia entre el éxito y el fracaso pude ser por una cabeza, por medio metro o 5 centímetros (hasta 3 postes repelieron lo que el buen portero hondureño no pudo…).
Y a falta de mejor juego y de acierto en la definición, si sumamos la dura (y efectiva) oposición del rival, la falta de esa dósis de suerte necesaria y, el exceso de errores del árbitro, el billete de vuelta está servido: en vagones de carga y sin equipaje…
Ya se sabe, cuando la pelotita no entra, se queda fuera…