Precios Populares para las copas en el Congreso
Preocupados por el bienestar de sus señorías, ante la importancia insoslayable de cubrir las necesidad básicas de todo congresista, y que estas estén al alcance de sus paupérrimas posibilidades, en las cafeterías del Congreso se subvencionan desde el café con leche hasta las bebidas alcohólicas.
Más de un millón de euros anuales es la dotación para los servicios de restauración (nada que ver con reparación, renovación, recuperación o rehabilitación, si no la destrucción y el deterioro mas bien..) de la Cámara. Y es que estos hijos de la gran p erdón que casi digo puta, nos están LITERALMENTE jodiendo vivos, y aún tenemos que costearle el alcohol que los muy cretinos repugnantes necesitan beber en lo que se supone, es un centro de trabajo.
Fuentes de la presidencia de la Cámara justificaban las tarifas aduciendo que «no son diferentes a las de cualquier otro comedor subvencionados de empresas o instituciones». ¿Las bebidas alcohólicas? ¿De los congresistas?
Parece ser que «el problema» es que ahora lo han hecho público, porque siempre ha sido así y nos causa sorpresa porque han tenido la decencia de darlo a conocer.. Un coctel Molotov tendrían que beberse estos impresentables: «No ha habido ninguna innovación, no hay cambios porque, como han funcionado bien, las cosas se mantienen» Pero Sr. presidente, si las cosas funcionan ¿por qué caraj cuernos los recortes son para la calle? ¿Comó se atreven a mantener que las medidas van dando frutos (cuando todo el árbol está podrido) y nos piden paciencia y más paciencia y uds. son capaces de hacer que les subvencionemos el cafecito, las tostadas y hasta el alcohol?!
Es incomprensible. Mientras el conjunto de la sociedad se hunde en la suciedad de esta política cargada de ineptos y corruptos, hay que ver como se autoaplican los recortes que tanto promueven y se empeñan en hacernos sufrir.
La crisis y el paro disparan el número de españoles que recurren a los comedores sociales y hay familias que recorren hasta 6 km. para ir a comer a uno de ellos, todo esto es parte de lo previsto, previsible e inevitable, lo que no sí se ha de evitar es que los (y las) congresistas, tengan que pagar lo mismo que el resto de la sociedad (la parte de ella que aún puede) y si tienen sed de un cubatita en horas de trabajo, tengan que desembolsar más de lo estrictamente necesario.