Con Adolf muerto es Angela que nos empuja a la hecatombe
Alemania siempre estuvo a la vanguardia de la tecnología y, aunque las consecuencias del genocidio que llevó a cabo bajo el embrujo del tristemente célebre dictador, pareció acabar con sus valores, ha levantado cabeza; gracias a sus recursos, la potencia de su industria y la capacidad de superación de un pueblo que, por mucho que duela, tiene «algo más». Si es que los demás «tenemos lo que hay que tener»…
Mientras el resto hemos ido viviendo a verlas venir, ellos han venido para mostrarnos cómo vivir. Ahora, vuelven a ser los poderosos de la unión europea y quienes cortan el bacalao.
Marcan las normas, las directrices y deciden qué es lo tiene que hacer el resto; y el resto, ha callar (inmersos en hacer callar a su gente) y cumplir, porque «el Norte es el que ordena» y no hace falta ser de allá abajo abajo, para sufrir las consecuencias.
Viendo la conformación de los estados en un mapa, la metáfora gráfica es elocuente: el que está arriba, domina al de abajo. Mientras los que están bajo su dominio hacen malabares sobre una cuerda que se deshilacha, ellos se hacen más y más poderosos.
El declive de gran parte de los países de la unión europea es un exterminio en toda regla. Más tarde o más temprano se consumará el hecho de tener que revisar esa conformación de estados y no sería raro que pasase a ser Alemania con un mónton de grandes provincias que se han visto absorbidas por su empuje.
Sin el uso de tanques, sin desplazamientos de etnias, sin masacres violentas (más allá de la violencia que genera y se desata a su alrededor). Todo consumado con estrategia diplomática, sabiduría y paciencia. Democráticamente.
Grecia está casi en pie de guerra (su gente) porque el gobierno impone unas medidas que (como aquí en España) afecta salvajemente a los débiles y destruye todo aquello que, dicen, pretenden mejorar. Les urge hacerlo, les resulta inevitable porque sólo así, «podrán recibir OTRA ayuda económica con la que poder salir de la crisis». El gobierno (já) español dice que no la necesita, pero que cumple las condiciones para pedirla… Estas ayudas son de unas cifras tan alarmantes como difíciles de asimilar (después de ciertas cantidades de ceros el raciocinio se pierde) ¿Cuándo se recuperarán los países «salvados»? ¿Cómo van a saldar esos préstamos? ¿Con quiénes cuentan para salir de la crisis? ¿Con la gente que va dejando por el camino?
Es de un patetismo inconmensurablemente infinito ver, mientras tanto, que ante tanta precariedad para sacar al pueblo de la miseria en que lo han metido, con unas medidas que no hacen más que agravar la situación, se sigue invirtiendo en material armamentístico para la defensa nacional, con el argumento que de no hacerlo, «se muestra debilidad ante posibles enemigos»…
Hoy los enemigos no usan armas, descerebrados. Usan la inteligencia y la estrategia. Planifican el futuro buscando ser más fuertes, mientras los demás ni son capaces de pensar en no debilitarse.
Mientras los norteamericanos no vean esas armas de destrucción masiva… estamos a merced de una Señora, que impone su «dictadura«… Porque norteamérica se preocupa por los desvalídos ¿verdad?