Habemus papam hasta la muerte
Si el humo es blanco, habemus papam; entonces hay que expresar un hooooo u oooooo pero de alegría y celebración, aunque a todos efectos prácticos y reales, las cosas sigan igual de negras.
Ahora bien, si el elegido es argentino, entonces se puede expresar un hoooo, ooooo, uuuuu, bueeeenoo, bieeeeeen, gooooooool o lo que se quiera, porque eso es algo único ¿viste?
Pero ¿quién es el nuevo papa que decidió ser Francisco? Parece ser que como casi todo mortal, tiene su parte buena y su parte mala (perdón padre si peco de osado) y, en las redes sociales algunos empiezan a señalarlo como ‘el papa del fin del mundo’.
Cuando era arzobispo de Buenos Aires aprovechaba sus homilías para criticar a Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Quizá por eso y aún resultando bastante sorprendente (por tratarse de una ciudadana de allí), la presidenta de su país se refiriese a él como un papa latinoamericano antes que argentino… y no faltan artículos en que se le acusa de haber entregado jesuitas en la dictadura. Ay dios, qué plantilla tienes…
Luego me encuentro esta foto y al menos a mí, me queda claro a qué lado miraba…
Pero lo que más me cuesta digerir, es la gran cantidad de argentinos que celebraban el hecho. Parece que, o bien nadie sufrió en la dictadura, ese pueblo no tiene memoria o simplemente les puede más su enervante y acérrimo chovinismo.
En su presentación, Francisco I dijo a los fieles que pidan a Dios que le bendiga en su nuevo camino, que debe ser de amor y hermandad. Por muy familiar que suene, es aconsejable que no le den mucho la espalda.
En fin, en realidad la podredumbre de la iglesia me tiene sin cuidado y habemus papam o no seguirá igual de podrida y dañina, por muy argentino que este sea.
A mi lo único que me importa, es que su dios, Messi, siga jugando en mi equipo.