el 2010 ha muerto ¡viva el 2011!
Eso de tener que pedir un deseo con cada uva es un ejercicio de supervivencia pura, y tiene visos de ser una preparación para los 365 días que empiezan. Algunos se saltan uvas y luego así les va; hasta para cumplir con las tradiciones nos llenan de trampas. Primer deseo: mantener la coordinación y mente despejada, para cumplir con nuestra lista…
Para no desvirtuar los festejos, el balance será más tarde. El 2010 ya es historia y hace pocas horas, empezamos a escribir la del 2011. Segundo deseo: ojalá pudiésemos hacerlo y que no nos llegara escrita… me conformaría con que fuese posible corregir sus faltas y que en el intento, no hiciésemos demasiados borrones…
Ahora vendrán los reyes magos como colofón de estas fiestas y después de sus pasos, deberemos seguir con los nuestros, dejando atrás tanto brindis y jolgorio. Tercer deseo: que sean magos de verdad y nos iluminen con su varita, como nos vuelvan a dejar carbón, la cosa se pondrá muuuuy negra…
Después empezarán las rebajas y veremos qué nos queda para aprovecharnos de ellas. Cuarto deseo: que no veamos las compras navideñas al cincuenta por ciento…
Enseguida se nos presentará el primer gran escoyo del año, la cuesta de febrero. Quinto deseo: que tengamos fuerzas para culminar ese puerto y no rodemos por la bajada…
Undécimo deseo (ya decía que algunos se saltaban uvas): que si este 2011 no es mejor que el anterior, al menos que no espere hasta fin de año para que brindemos por el 2012…
Duodécimo deseo: ¡Próspero año nuevo!