Quitándonos los muertos de encima
La donación de cadáveres ha crecido
en los últimos años y con esta crisis, ya no se sabe si se trata de un mayor interés por contribuir a la ciencia o un menor nivel adquisitivo para costear el entierro.
Y es que si vivir sale caro, morirse no es nada barato. Los servicios funerarios pueden llegar a suponer más de 3.500 euros. Pero existen alternativas al entierro y a la incineración, como la donación del cuerpo a la ciencia, una iniciativa altruista “con la que se pueden salvar vidas”… y ahorrarse un dinero (que muchas veces ni se tiene).
El hecho es que en las facultades de Medicina ya se cuenta 1 cadáver por cada 10 alumnos cosa que, aunque lejos de los 250 cuerpos que recibe al año Cambridge, aquí se considera un triunfo, al pasar de recibir 10 al año a los 50.
La muerte también tiene un precio y a pesar de estos tiempos de crisis, las compañías no se están apuntando a fórmulas ‘low cost’ para los servicios funerarios. “Por el momento los precios se mantienen”, afirma David Hurtado, portavoz de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).
Más de la mitad de españoles tienen seguro
la mayoría intentan cubrirse las espadas ante los gastos que originará su propia muerte. Así, un 63%, según datos de la OCU, tienen contratado un seguro de deceso que cubre una parte o todos los gastos del entierro o la incineración. Pero algunos seguros no cubren ni la mitad del precio.
Hay que tener cuidado porque si se contrata uno que cubre una cantidad económica, ésta tiene que actualizarse con el tiempo, porque los precios cambian y se puede acabar pagando más de la mitad del sepelio por nuestra cuenta. Y estar alerta con las funerarias que esperan a la puerta del hospital, algunas ofrecen gestionar los papeles del seguro y, al final, se acaba pagando el doble porque hay que pagarles a ellas también. Por eso el color negro que las identifica, más que a la muerte, se asocia a los cuervos…
Los precios de la muerte según datos de la OCU:
El precio de los servicios funerarios con entierro puede ascender a los 3.492 euros.
Si se opta por la incineración, se puede ahorrar hasta 400 euros, derivados de la disminución en el gasto de la lápida y el ataúd, más baratos en el segundo caso.
- Ataúd 1.202
- Urna 140
- Transporte 200
- Preparación del muerto 100
- Incineración 304
- Flores 217
- Trámites 100
- Lápida 600
- Esquelas 183
- Tanatorio 298
- Cementerio 550
- Ceremonia 42
Por eso no es de extrañar que «El culto a la muerte está cambiando». Los países mediterráneos (como el nuestro) eran los que tenían menos tasa de donación de cadáveres. Aquí había universidades que recibían un cadáver al año y ahora, las que más reciben ya están en torno a los 100 anuales.
Se dice que la gente es cada vez más altruista y ya es consciente de que con un cadáver se pueden salvar vidas, eso, y que con lo que cuestan los entierros, cada vez es más fácil quitarnos los muertos de encima…