Pep se va, Tito se queda, Messi no estaba y yo sigo
Pep se va
Agotado. Es comprensible y hay que respetarle. Ha sido un entrenador con dedicación plena y entusiasta. Gestor de estrellas con la dificultad que a eso se le supone. El mayor representante institucional del club durante todo este tiempo, siempre dando la cara (muchas veces parecía que solo). Enfrentándose con dignidad y enteresa ante cuanto ataque recibía desde la meseta y nunca, nunca, se escondió detrás de nadie. El cambio físico que se le aprecia desde su llegada, debe ser una clara imagen de su desgaste interior. Ese es un fin de ciclo indudablemente, pero su legado queda, y el Barça sabrá mantener su impronta, como ya se hizo evidente en el mismo acto.
Tito se queda
Y es el bombazo que no se lo esperaba nadie (ningún avezado periodista lo tenía en sus quinielas). Así se demuestra 2 cosas por encima de cualquier otra: Tito Vilanova ha superado su enfermedad para alivio de todos los que se preocupaban por él, y el Barça seguirá ofreciéndole al mundo los valores por los que tanto es admirado.
Messi no estaba
Su presencia se echó en falta y eso sí, algún avezado periodista lo sacó a la palestra. Quizá tengan razón, él también es de la cantera como los otros jugadores que sí estaban presentes, pero tanto Pep como el presidente Sandro Rosell dijeron que «Messi está presente». Parecía algo místico pero resulta que después de conocer sus razones, sabemos que sí estaba…
Y yo sigo
Porque al igual que Tito, mantengo la ilusión por esta gente, la admiración por los valores de este club, la pasión por sus colores y las ganas de seguir viviendo la sastisfación de ver cómo practican este deporte, festejando las victorias con respeto y asumiendo las derrotas con entereza.
Y es que ser del Barça es, lo mejor que hay…