Quién no quisiera tener más de 7.000 años para pagar sus deudas?
Cuando por fin nos parece que es el momento, al firmar, sabemos que nos hipotecamos para el resto de nuestra vida. Ilusionados por «tener» techo propio, hacemos de albañiles, pintores, carpinteros, cristaleros y nos rompemos la espalda arrancando hierbajos del jardin. Nos sobra energía y desbordamos entusiasmo para convertirlo en nuesto Home Sweet Home.
Durante un buen tiempo nos parece vivir un sueño. Poco a poco se va convirtiendo en un mal sueño y puede llegar a ser una verdadera pesadilla. El euribor, el interés bancario, la crisis financiera, el desinflado de la globalización…
Que si el valor nominal, el capital amortizado, los intereses, los atrasos… los números originales se reproducen como un virus mortal. Primero te atacan la vista y en cuanto abres la boca, antes que puedas articular palabra te sube al cerebro y te destruye las neuronas, por muy grandes o pequeñas, pocas o muchas que tengas. El estómago parece los cruces de una gran ciudad con todos los semáfores en ambar intermitentes y como no tengas el corazón fuerte, el colapso acaba contigo.
Este virus solo ataca a los vulnerables, aquellos a los que sus ancestros no le dieron los antídotos necesarios y no pudieron (o supieron) encontrarlos por sí solos.
Se dice que «hay quien nace con estrella y quien lo hace estrellado». Si el hipotecarse es lo más parecido a un pacto con el diablo, tener impagados es algo así como acceder al infierno en tiempo real pero claro, eso depende del deudor. Si algo he aprendido en esta vida, es que no todos somos iguales ni tenemos las mismas oportunidades.
Si no, veamos. Según Antonio Beteta, secretario de Estado de Administraciones Públicas, Pioz, un municipio de Guadalajara acogido al plan de pago a proveedores necesitará 7.058 años para saldar su deuda. Esta localidad de 3.500 habitantes tiene una deuda de 16 millones, 6 de estos son en facturas sin pagar a sus proveedores. ¿Porqué el pueblo no dispone de un plan así?
Es de suponer que no podemos argumentar como su alcaldesa, Amelia Rodríguez (PP), que la culpa de su endeudamiento es de los gobiernos anteriores, aunque nos hayan jodido jefes inescrupulosos, farsantes y especuladores. O que consideren que nuestra descendencia no se prolongará tanto…
Acogidos a este mismo plan de saneamiento, un municipio de Teruel tardará 462 años en tapar sus agujeros y Alcorcón en Madrid, algo menos exagerado, «apenas» 22 años.
En cambio el margen tenemos los ciudadanos de a pie, es menos que la holgura de la soga que te cuelgan al cuello.