Un domingo cualquiera como otros domingos cualquiera
Hoy ni siquiera tengo ganas de contar nada. Ni de ver las noticias de tan harto que estoy de que no mejoren. Ni de encender los pc, de tan harto que estoy de las dichosas «ventanas» que, por un fallo u otro nunca se abren satisfactoriamente…
Hoy en vez de en los pies, parece que voy con manos de plomo. Pero no por cautela o cuidado no, sino por lo que me pesan, así que voy a darles descanso (qué alivio para los que leen…).
Hoy procuraré que pase el tiempo sin que note mi presencia, disimulando que estoy muy ocupado, a ver si pasa de prisa y mañana cambian las sensaciones.
Hoy tengo tan claro que tengo tan pocas ganas de escribir algo, que esto lo he escrito ayer.