El 2012 se muere ¡viva el 2013!
Y como con otros ano… annus… años ha pasado, festejaremos la llegada de uno nuevo, con nuestra inquebrantable fé en que algunos de nuestros sueños se hagan en alguno de ellos alguna vez realidad… Y que no se haga esperar demasiado, para que tengamos tiempo de disfrutarlo…
Así que aquí estoy, acomodando el contenido en mi último post del año que se acaba, propio de mi estilo; con formalidad y con in, con criterio y sin, con dramatismo sin drama, con decepción y embelesamiento, con cordura y sin sentido, con coraje temeroso; y siempre con la ilusión (disimulada) por endulzar esta vida, a veces amarga en exceso.
Una de mis ‘corresponsales’ en el extranjero, me ha hecho llegar este mensaje (subliminal, apunta) para que recibamos el nuevo año a punto de llegar, así que lo mezclo con el mío

Cada uno ajusta sus neuronas para interpretarlo. Yo lo tengo más fácil porque disponiendo sólo de una, lo primero que se me ocurrió es que en el 3102 hasta Dios se habrá extinguido (si como dicen por ahí existe). Porque este ritmo no augura otra cosa. Ahora bien, esforzándome un poco, también llego a leer eros y la cosa cambia. A este Dios lo encuentro más interesante…
Pero acabemos el año sin acritud ni reproches. Tiempo tendremos (¿tendremos?) para hacerlo más entrado el nuevo, cuando ya lo hallamos conocido un poco mejor y veamos que es igual que la mayoría de los anteriores.
Y pocas cosas podrían servir mejor para insuflarnos optimismo y esperanza, que el vídeo que la corresponsal que mencioné (el penúltimo día del año me desbordó la editorial con material de primera) me hizo llegar. Se trata de La Luna, un maravilloso cortometraje de Pixar, que desborda ternura y felicidad y hace que el año en que se publicó, sea un poco menos horribilis…
http://vimeo.com/56522109
Es mi despedida… este año no publico nada más. Hasta el año que viene.