La Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda colisionarán por la vía rápida
A ver si no. Vivo en una calle llamada Pedra de les Orenetes (Piedra de las golondrinas); en la urbanización Bosque de La Pineda (sí, por los pinos), perteneciente al municipio de La Roca del Vallès, dentro de la comarca del Vallès Oriental, de la provincia de Barcelona (sí sí, donde está el Camp Nou) de la comunidad autonómica de Catalunya (sí sí sí, esa, la que proclama su independencia…), en un país llamado España (aquel del Nodo, el toro de Osborne y las castañuelas…), de el continente llamado Europa, en el hemisferio norte, de este planeta llamado Tierra (es curioso, su nombre tiene significado de feminidad y fecundidad, ahora entiendo porqué lo jodemos tanto), que está en el sistema solar, perteneciente a la galaxia llamada Vía Láctea, que se encuentra en el denomidado Grupo Local (una agrupación de 33 galaxias) que a su vez pertenece al Supercúmulo de Virgo el cual tiene un diámetro aproximado de 200 millones de años luz y contiene alrededor de 100 grupos y cúmulos de galaxias, dominado por el Cúmulo de Virgo cerca del centro y, el Grupo Local se encuentra cerca de éste, que a su vez se encuentra dentro del Hipercúmulo local, el cual contiene muchos Supercumulos, cosa que ya sabía desde casi antes de conocer a los Beatles.
Pues bien, en este Grupo Local (de aquí mismo, a la vuelta de la esquina), con la Vía Láctea, además de la Galaxia del Triángulo, también se encuentra Andrómeda que, ojo al dato, los astrónomos, después de minuciosos y exautivos cálculos a ojo, (y es que lo hicieron gracias a el Telescopio Espacial Hubble, que orbita a 593 km sobre el nivel del mar y le permite realizar observaciones eliminando los efectos de la turbulencia atmosférica), les ha sido revelado que el movimiento de la Vía Láctea y el de la Galaxia de Andrómeda llevará a que ambas galaxias colisionen dentro de 4.000 millones de años y den origen a la formación de una galaxia elíptica gigante.
En realidad este hecho era algo ya conocido por los astrónomos, que eran conscientes de que la Galaxia de Andrómeda se acercaba a la vía láctea a una velocidad de 300 kilómetros por segundo (y aunque nos separa una distancia de 2,56 millones de años luz, hay que estar al tanto con los apagones). Lo que sucede ahora es que los últimos datos captados por el telescopito ese, relativos al desplazamiento de la Galaxia de Andrómeda, han servido para que los astrónomos puedan dar una fecha aproximada (unos millones de años arriba o abajo no lo vamos a notar) a este suceso y, además, realicen simulaciones basadas en cálculos estadísticos y modelos matemáticos para mostrar que es lo que le sucederá a nuestra galaxia dentro esos milloncitos de años.
La Vía Láctea será la que sufra mayor transformación y, aunque esta colisión desplazará el sol (no aclaran aún cuánto ni hacia donde), no implicará que los planetas del sistema solar se destruyan; claro que se refiere a los otros, porque bien seguro que para entonces, la tierra como tal ya habrá desaparecido y cuando mucho a la mierda que quede le dará igual la forma que adopte la nueva galaxia.
Dicen que el primer impacto se dará dentro de 4.000 millones de años pero que serán necesarios otros 2.000 millones para que ambas galaxias se vuelvan a encontrar y se terminen uniendo por completo para dar como resultado esa única galaxia. Según los cálculos, las estrellas de ambas galaxias, no colisionarán entre sí pero se terminarán reordenando en diferentes órbitas alrededor del centro de la nueva galaxia resultante. Para complicar algo más el escenario (será a ellos porque esto para mi es como escribir ebreo con el abecedario chino), los científicos del Space Telescope Science Institute (STScI) de Baltimore (si fuera de aquí sería Instituto Científico del Telescopio Espacial (ICTE, S.A.L.) de Granollers), ven probable que la tercera gran galaxia del Grupo Local, la Galaxia del Triángulo, también colisionará con esta nueva gran galaxia y se unirá a ella aunque existe la remota posibilidad de que, quizás, sea la primera en chocar contra la Vía Láctea. Y ahí me pierdo, venían asegurándolo todo a 4.000 millones de años vista y con esto, ven probable una remota posibilidad que ocurra de otra manera.
Y es que los astrónomos no se entienden ni entre ellos. Lo que sí me queda claro que de acertar (a parte de ser la envidia de los meteorólogos), no deberíamos hacer planes más allá de unos 4.000, 6.000 millones de años.