‘Solo’ y ‘este’ se resisten a perder la tilde
Refiérome al fenómeno ese de las tildes, uno de nuestros mayores enemigos en el colegio (aparte del grandulón de turno que siempre nos estaba jodiendo y alguna que otra maestra…) ya que en los últimos tiempos se ha convertido en el adalid del conservadurismo de la lengua castellana para algunos.
Y es que este no se quiere quedar solo y por eso se niega a quitarse el palo de encima, acostumbrado toda la vida a vivir bajo el. Por la información, sabemos que en la última edición de la normativa ortográfica se emitieron una serie de «propuestas normativas», que de no aplicarlas constituían una falta de ortografía, y otras, que eran «consejos», no reglas. La prensa y los libros de texto sí suelen acatar rápidamente los consejos de la RAE, pero a pie de calle la costumbre pesa más que la norma. «Consejos» como los de suprimir la tilde diacrítica en el adverbio «solo» o en los pronombres demostrativos no tienen el predicamento esperado. Hay incluso quienes «exigen» continuar con la costumbre de poner el acento gráfico. Vaya vaya, ya estamos recomprando libros…
Los que desoyen las últimas recomendaciones de la RAE no están faltando a la regla, ya que se trataba de «aconsejar» y explicar con criterios científicos por qué no se debían acentuar, explica este académico. Dicen que en la práctica, los insumisos parecen liderar una revuelta silenciosa contra las normas ortográficas que enmiendan las aplicadas en el pasado. Reorientar los usos es una premisa de actuación de la RAE, pese a que son los usuarios los que, a la hora de la verdad, marcan la evolución de la lengua. Así llegan cosas como el Whatsapp y las normas ortográficas c ban a tomar pol cul…
En la nueva edición del ‘Diccionario de la Lengua Española’ que estará lista en el 2014, entrarán términos como «tuitero» y «tuitear», entre otros, fruto del impacto que las redes sociales están teniendo en la vida cotidiana. Cuesta acostumbrarse a que guion, prion, ion o truhan no se acentúen. Que aparezcan adaptaciones como sintecho, sintierra o simpapeles. O que el ‘rally’ pase a ser rali. Es una cuestión de cuórum y no de ‘quórum’, vamos, de ponerse de acuerdo. Y mientras los mensajes sigan costando lo que cuestan, cada vez las palabras se irán abreviando más y tildando menos..
Para el nuevo diccionario, el orden alfabético deja de ser importante, ya que los nuevos formatos digitales fomentan el acceso directo al término y el orden asociado a la obra en papel queda en un segundo plano, un vestigio casi del pasado. Suerte que tratan de letras porque si se les da por los números no habrá a quién le salgan las cuentas…
Eso, que las costumbres pasadas están pasando de ser una costumbre y se empieza por el acostumbramiento a unas costumbres diferentes aunque siempre quedan los vejestorios que no se quieren desprender de las costumbres suyas. Por eso acostumbran a pertencer a la RAE.