Interpretándome
Aunque todo el mundo puede leer este blog (ya me gustaría), este blog no es para todo el mundo (y vaya si me gustaría).
Esta forma de expresión, es fruto de un árbol que, desde sus raíces, se ha ido formando con un tronco medio torcido y un montón de ramas entrecruzadas; que a veces, marea con solo mirarlas. A estas alturas, no hay riego, fertilizantes ni poda que consiga otros diferentes. Según la cosecha, pueden ser más o menos sabrosos, incluso incomibles; pero siempre serán esos frutos. ¿Alguien recogió manzanas de un castaño?
Sé que lo expresado y su cómo, puede gustarle a unos pocos, desagradar a muchos y serle indiferente a la mayoría, o al revés (¡anda que si me gustaría!). Pero esto no es una excepción; nada de lo que se hace o dice, recibe la misma respuesta de los demás. Eso lo sé hasta yo.
Antes, las noticias que nos llegaban eran cómo lo decidían unos pocos. Los autores de libros aún siguen dependiendo de editores para que los leamos, pero como ya lo decía en mi presentación: con las nuevas tecnologías, cualquiera puede contar historias y lo que es mejor, hacerlas llegar más allá de su entorno.
Cuando les llegue lo mío, si no entienden algo a la primera, intentad leer entre líneas. Si inclino alguna parte, es que pretendo diferenciarla; si ven palabras interrumpidas, son correcciones que me olvidé de borrar… los puntos suspensivos, generalmente son ironías. Lo que «esté así»es algo literal, normalmente dicho por otro/s u otra/s; si ven algún error puede ser por dos razones: o lo hice a propósito o me equivoqué de verdad…
Y por cierto, con la metáfora del árbol ¿sabéis a quién me refiero?