Pensando con el agua al cuello
Y es que los tulipanes, son de los países bajos. Mucha población vive a hasta casi 10 metros por debajo del nivel del mar y aún así, dicen dormir a pata ancha porque confían en su gobierno y en las medidas que adopten si el agua reclama sus pólders.
Aquí, los que vivimos en zona montañosa, tenemos el sueño ligero y los de la costa, muchos no pegan ni ojo… Así confiamos nosotros, como buenos latinos, tan proclives al jolgorio, la buena vida y el ya veremos qué pasa. Cuando pasa lo que pasa, no encontramos más que reproches y excusas al buscar las soluciones.
Y siendo así de cómodos y conformistas, dejamos en manos de los políticos los problemas de estado. Eso hacen también los holandeses, pero estos malditos no nos quieren explicar cómo a ellos les funciona. Por eso me molesta tanto lo de «no tenemos ni idea». Seguro que no cambian su mojado por nuestro seco.
Aunque yo también, cuando veo fallar un penalty, a veces soy capaz de decir «será malo, cómo puede fallar así?» y mi mujer dice con sorna: «¿te acuerdas que te iba a ver cuando los tirabas tú?» a lo que yo contesto: «eso ahora no viene a cuento, estoy hablando del agua al cuello y los holandeses…»
Y del sur, que también existe. Desde allí nos llega de todo, la mitad para quedarse… y eso que están desconcertados, no entienden para qué los descubrieron si ahora se les trata como a desconocidos…
Los brasileños dicen que en su Río no nos ahogaríamos y que de vivir con el agua al cuello saben un rato. Los venezolanos que no les vayamos con historias que su presi tiene muy mal carácter; los argentinos se ofrecen a darnos la solución a ritmo de tango, todos son psicólogos con dilatada experiencia, y los uruguayos, dicen que si su Río de la Plata se llamase del Oro, hace más de 500 años que lo tendrían seco…
En fin, que uno no puede pensar en voz alta. Es mejor tener la boca cerrada. No entran moscas, nos evitamos comentarios absurdos… y recurrir a Wikipedia para no tragarnos el agua.