El personaje del año para The Time es ¡la protesta global!
La revista THE TIME, dedica su portada a la persona del año (Person of the Year) al Manifestante. El año pasado era al jóven Mark Zuckerberg, creador del facebook, esa red social que mucho tiene que ver con la gestión de los acontecimientos actuales.
La prestigiosa publicación asegura que los jóvenes del mundo se han levantado y han decidido este año tomar las riendas de sus vidas, enfrentándose a una crisis económica sin precedentes y a regímenes dictatoriales asentados durante décadas, y que las protestas de estos manifestantes han «cambiado el mundo», remodelando la política global y redefiniendo el poder popular.
La persona del año es El Manifestante
un joven con la cara cubierta, es el símbolo (el icono) de las protestas de la primavera árabe al movimiento de los indignados en Europa y Estados Unidos.
Así, destaca la importancia de las revueltas prodemocráticas en países como Túnez, Egipto o Libia, que, con un inicio pacífico y civil, han conseguido poner fin a férreas tiranías. «Nadie podría haber sabido que cuando un joven vendedor de frutas tunecino se quemó a lo bonzo en una plaza pública incitaría protestas que derrocarían a dictadores e iniciarían una ola global de disensión», subraya Time, que aplude los movimientos surgidos en países democráticos, buscando cambios radicales y profundos en tiempos de crisis.
Crítica a los políticos
«En todos los sitios este año, la gente se ha quejado por la incapacidad de los líderes tradicionales y la irresponsabilidad de las instituciones. Los políticos no pueden mirar más allá de las próximas elecciones y se niegan a tomar decisiones difíciles. Esa es una de las razones por las que no elegimos a una persona este año», explicó ayer su director, Rick Stenge, quien subrayó que «el liderazgo ha venido desde la base de la pirámide, no desde la cúpula».
Algo está cambiando… algo ha cambiado ¿cuánto falta para cambiar lo que falta?
Carles
15 de diciembre de 2011 @ 21:48
Me parece una eleccion acertada del personaje del año, pero la cual no comparto del todo.
Que el pueblo se manifieste y luche por sus ideales, derechos y bienestar me parece muy licito, de hecho, tanto se aprieta la tuerca que al final se pasa de rosca, pero que creamos que esas protestas son necesarias para salir de la crisis actual, ya no me parece tan razonable.
El poder que ostentan los politicos no es el que gobierna el mundo, el poder del dinero es el director en funciones. Y este poder pertenece a capitales privados dirigidos por entidades bancarias, que a su vez dejan utopicamente que los politicos crean que dirigen la gestion de un pais. De ahi que las protestas y revueltas que me parecen tan necesarias, no sean en realidad, mas que acciones a las cuales el poder del dinero ignora.
pilgrin
15 de diciembre de 2011 @ 23:04
Es bastante acertado el que los políticos no dejan de ser «marionetas» de «esos capitales» que provocan las crisis financieras como la actual pero no menos cierto el que si el pueblo no se manifiesta (al nivel que lo está haciendo), el mundo girará para «cuatro», aún estando poblado por mas de 7.000 millones…
Es una realidad (que merece mucho más que una portada) el que la reacción popular ha sido la causa del derrumbe de dictaduras tan enquistadas como la de Tunez, Libia, Egipto…
Cuanto más convencimiento, decisión y unanimidad hayan, ese poder tendrá que «prestarle alguna atención»…
Carles
16 de diciembre de 2011 @ 10:37
Estoy de acuerdo en que la dictadura capitalista tiene que empezar a desmoldearse desde la base, pero en un alarde de optimizacion de tiempo y recursos, que hoy esta tan de moda, centro mis esfuerzos en intentar estar mas cerca de los 4, que de los 7 millones, y esa tambien tendria que ser la direccion de «nuestros» governantes a los que tanto critico, los cuales por el contrario llevan la misma direccion que yo en busca de tan ansiados 4… En resumen, egoismo en tiempos de vacas gordas por, todos unidos cuando hay que bailar con la fea!!!
pilgrin
16 de diciembre de 2011 @ 10:50
Para empezar, te dejaste unos pocos con derecho a manifestarse por el camino, algo así como 6.993.000.000 (redondeando, unos 6 billones…)
Para seguir, las armas más poderosas en estos tiempos son las redes sociales, que no matan, no pueden defenderse del fuego enemigo, pero derriban pirámides que es una gozada.
Para terminar (no definitivamente, que la cosa se pone interesante…), cuidado con qué lado elijes, no pienses a corto plazo que el largo te puede encontrar con la vaca (flaca y fea…)
Carles
16 de diciembre de 2011 @ 11:51
Perdon por el lapsus de olvidarme de casi 7000 mil millones de sujetos… Mi memoria solo acepta 7 millones de personas, las otras las olvido…jeje
Y me gusta mucho la opinion sobre las redes sociales que generas, que nos permiten libertad y facilidad para acceder a lugares antes inimaginados de visualizar, lo cual nos permite derribar barreras o obstaculos, ademas de poder hacerlo exponencialmente y desde el anonimato.
Pero quiza por ignorancia, o sobretodo por falta de experiencia, añadiendole el plus de valentia o quiza soberbia que te da la juventud, no me permito el lujo de imaginar, luchar, o reivindicar el hoy para mañana. Somos incapaces de sostener la actualidad, no solo economicamente, sino ecologicamente, moral y eticamente como para dejar espacio al mañana. Quizas tengo que sacrificar el hoy por el mañana?? Mis padres me enseñaron que si, la sociedad y el consumismo me moldean por el lado opuesto!!
pilgrin
16 de diciembre de 2011 @ 13:00
Amigo Carles, puedo incurrir en el intrusismo (desmedido) de hacer de periodista vertiendo información y opinando sobre ella pero, creo que no me atrevo a entrometerme con los consejos paternos ajenos.
Sí te diré, por experiencia (por zorro, por viejo como quieras, pero «vivida») que si te quedas con una sola materia, dificilmente apruebes la carrera de la vida, por muy buen profesor que te la imparta.
Y que imaginar no es ningun lujo, es una acción imprescindible para romper obstáculos y reivindicar un mañana diferente al hoy. Es una necesidad imperativa, lo mismo que tampoco consideraría soberbia (aunque también), a una actitud inconformista.
El Ché, finalmente traicionado, era un médico que podía haber vivido anónimamente y morirse de viejo en la mediocridad, junto a los suyos. Pero ya vez, su rebelión por la injusticia lo llevó a morir junto a los desamparados, y se convirtió en un mito.
Nutz
16 de diciembre de 2011 @ 17:44
Estando como estan las cosas, hay que reivindicar «por uebos».